La vida de dos personas está llena de momentos buenos y otros no tanto. Si hay amor y el deseo real de seguir adelante, se debe hacer un esfuerzo por evitar que una época mala se convierta en el fin.
Debemos asumir que muchas veces son inevitables las crisis de pareja. La cuestión fundamental está en saber afrontarlas.
Cuando las crisis de pareja se presentan, lo primero es identificarlas. Aunque pueda parecer un poco doloroso, es totalmente necesario. Este acto requiere de equilibrio: no se trata de asumir posiciones acusatorias si más, ni tampoco llenarse de una exagerada autocompasión.
Teniendo en claro los puntos débiles, el paso siguiente es trazar un plan para fortalecerlos. La frustración y la resignación son dos términos que deben ser sustituidos por compromiso y voluntad para cambiar las cosas.
Frente a las crisis de pareja, amor, comunicación, respeto y paciencia
“El amor todo lo puede”. Este principio es tomado muchas veces como una verdad absoluta, aunque solo el amor no hace milagros. Hay otros elementos que deben estar presentes dentro de una relación para que ésta pueda subsistir en el tiempo.
La comunicación y el diálogo sincero son factores clave. De nada servirá reservarse cosas por temor de lastimar a la contraparte o por otra razón. Hay que comunicarse y contar lo que nos molesta, siempre en el marco del respeto.
Muchos conflictos sobrevienen porque a alguno de los dos le molestan ciertos aspectos del otro, pero al momento de verbalizarlo, la acción parece más dirigida hacia la persona que a la acción, lo que termina generando una nueva fisura y alejando la solución.
Cuando la sombra de la separación se cierne, suelen haber dos posiciones encontradas: la del que quiere dar por finalizada la unión y la del que no.
Cualquier conflicto humano puede tener una solución. Lo procedente es estar dispuestos a encontrarla.
Fuentes imágenes: QTopLife / La teoria de la mente
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