No importa si eres más de calzado cubierto o descubierto, llegado el verano tu imagen y tu comodidad mejorarán considerablemente después de someter a tus pies una puesta a punto.
No se trata de conseguir unos pies perfectos y ultrasuaves, sino de que no desentonen con el resto del cuerpo. Después de algún tratamiento específico, algo de mantenimiento e invertir en productos protectores (de ser necesario), tus pies estarán listos para el calzado de verano. Aquí te guiamos paso a paso:
Exfoliación
El primer paso es eliminar las pieles muertas, para lo que es necesario poner los pies en remojo en agua tibia durante unos 15 minutos. El objetivo es que todo aquello que nos sobra se reblandezca para que así resulte más sencillo deshacernos de ello con utensilios como piedras pómez, esponjas exfoliantes (o azúcar en su defecto) y quitacutículas. Si tienes durezas y callos resistentes, considera tratamientos más específicos. Repite la operación cada 7 o 15 días, en función del ritmo de deterioro de tus pies.
Hidratación
Si todavía no lo has hecho, el verano es un momento excelente para incluir en tu arsenal de higiene una crema de pies. Utílizala de manera regular, poniendo énfasis en las zonas más secas. Después de haberlos exfoliado e hidratado adecuadamente, tus pies estarán listos para el calzado de verano. Si te decides a eliminar el vello, lo mejor es que continúes con el resto del cuerpo, aunque queda a la elección de cada uno.
Protección
Cuando se llevan sin calcetines, determinados calzados pueden provocar heridas en los pies. Recuerda que las tiritas tienden a arrugarse y despegarse al caminar, por lo que es mejor invertir en remedios protectores especialmente diseñados para los pies. Los sticks antirozaduras se pueden utilizar en cualquier parte del pie, y en general son bastante eficaces. Si prefieres un producto más específico para una zona en concreto, tampoco te resultará difícil encontrarlo.
Si tu problema son los dedos y vas a utilizar una zapato cubierto, considera los tubos protectores para callos, juanetes y dedos y uñas doloridos. La parte trasera del pie es otra de las que suele dar problemas con el roce del calzado. En este caso, el mejor remedio son los parches transparentes. Los hay tanto grandes como más pequeños para las ampollas en los dedos.
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